En el silencio de estos días escucho música,
música de palabras que nunca me dijiste pero que yo creí oír…
música que tú y yo no hemos bailado.
Son cuchillos que se rasgan mi noche
sonidos de sueños que nunca escucharé
sonidos de cristales que se rompen al caer,
volviéndose en sueños rotos que se clavan
muy profundo en mi piel,
perforando los poros de mi alma
que se despedaza a cada amanecer.
Llueve… y esa lluvia
no puede devastar esos sentimientos que se pegan a mi piel
y escucho esa música que diluye mis sueños,
música de palabras que nunca me dijiste y yo creí oír.
Hoy me dí cuenta que nunca bailamos la misma canción,
yo bailaba la música de la fantasía y el amor
y tu sólo, la del dolor, e inesperadamente
escuchó esa música y ahora la reconozco
son los sonidos de un simple adios...
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