Recuerdo cuando verte era sublime,
al estar a tu todo se esfumaba ante mí,
el día nos acariciaba para hacernos soñar
con su inmensidad y la luna alumbraba nuestras almas
al fundirse en una sola en la oscuridad.
Tu ausencia me bastaba para estar perdida
como niña que ha perdido su hogar,
refugiándome en tu regazo con el calor que solo
tu abrazo me solía brindar.
Y ahora maldigo al tiempo que te hizo cambiar,
lo que antes fue perfección, ahora es olvido,
no quiero inventar excusas, ni razones,
para encontrar testigos de lo que te alejó de mi camino,
sólo sé que he perdido y deseo regresar,
por favor no me digas nada, está prohibido hablar.
Salí al encuentro del día prometido que pactó nuestro destino,
quise volver a verte para recordarte lo que fui, pero,
al cruzarme en tu mirada el filo de un cuchillo
mi alma atravesaba recordando que tu andar
ya no pasaba junto al mío como cuando solíamos
caminar tomados de la mano por cualquier lugar,
por favor no digas nada, no te quiero olvidar.
Esperaba la mañana de otra noche que se ha ido
deseando que el olvido de tus ojos jamás me vuelva a mirar,
pero a mi lado estabas recostado, sin que tus brazos
me quisieran ya soltar y yo evadía tus labios
pero nuevamente no pude evitar que
me hirieran en esta guerra sin final,
por favor no digas nada, que me está prohibido llorar.
Los momentos que me brindabas
ahora son vacíos que no puedo ya llenar,
como ya no me acompañas he regalado mi cariño,
he tirado mi palabra y aniquilado mi destino porque
lo que a ti te entregaba, nadie lo vino a buscar.
Espero despertarme de este sueño mal dormido,
ahora quiero levantarme y que todo esté en su lugar,
pero necesito pedir algo que nunca te he pedido,
y es que aún estés conmigo cuando vuelva a despertar.
Por favor no digas nada, que tus palabras no evitarán
que te ame cada día mas por toda una eternidad…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario a continuación.