Delirio de ojos oscuros...

Tras un inevitable encuentro se confundieron mis pensares,

sin dejarme comprender el porque de su existencia,

jamás había experimentado tal asombro,

ni saboreado ese encanto que por sus labios vagaba.

Así en un íntimo paraíso terrenal, envuelta por la brisa marina

me embriague a solas con el néctar de su belleza

que como río tumultuoso me ahogaba en un remolino

de angustia y deseo que me arrastra y consume.

En ese fuego lento de caricias fueron pasando los minutos

y las horas, pareciendo que el tiempo estaba en nuestra contra,

pero aún así nuestros cuerpos como hiedras

se enlazaban a cada momento.

En un inesperado beso me hice adicta a su ser

afirmando mis pensares sin poder decir mas,

callando dudas que revelaban mis ideas,

perfeccionando un decir sin palabras

para poder comunicarle sin duda la

esencia de nuestras almas al unirse dentro del mar.

Del mar eterno, del mar sin rumbo en donde logré arrancar

el calor de sus manos sobre mi cintura,

porque quise ser quien se beba hasta la última gota

de miel de sus labios… viviendo como única testigo

de este gran amor dormido en un sueño jamás permitido.

Tras un inconfundible sentir hallé su mirar

la vanidad regresó a mi espejo llena de soberbia por mi sed de soñar,

de nuevo mis labios pintados y mis mejillas rojizas

me condenaron a ser la amante del sabor de su piel

clavando una daga de nostalgia en todo mi ser.

Al pasar del camino se tornearon nuevas dudas

aniquilando quizá cualquier rastro de mi piel,

despojando mi sed de reír y quizás de sentir,

porque su mirada deslumbrada corrompió la belleza

de una piel sedosa que días antes se envolvió

en la arena junto con él.

Delirio de ojos oscuros…

frialdad que agobiará el final de esta historia

conciente de que este sueño pudo ser tuyo y mío

más allá del mar, mas allá de la noche

hoy te traiciono con el olvido…